lunes, 18 de marzo de 2013

"Cuentos de muerte y demencia". Edgar Allan Poe



Cuentos de muerte y demencia
Edgar Allan Poe
Ilustraciones: Gris Grimly
Traducción: Iñigo Jauregui
Nórdica Libros, Madrid, 2013

Ya Coleridge, uno de sus precursores, había vaticinado con sentido profético en Biographia literaria (1817) el peligro de evaluar la obra a partir de la mitología personal del autor, algo que indiscutiblemente ocurre con Edgar Allan Poe. Obra y leyenda rozan el sincretismo, la primera ha sido interpretada y tergiversada muchas veces a partir de la segunda, sobre la que los vacíos y las especulaciones no han cesado hasta hoy. En cualquier caso, más allá de las pasiones que el personaje suscita, la obra legada por Poe a la posteridad alcanza en términos de influencia un número incalculable de creadores, posiblemente en todas las artes conocidas. Su vigencia consigue surcar el tiempo y en cada época adoptar una nueva lectura. Este libro es un buen ejemplo de ello y lo que digamos de su vigencia es lo que realmente nos interesa. Primero decir que el volumen es la versión en español, traducida por Iñigo Jáuregui, de la edición americana Tales of death and dementia, del año 2009, ilustrada por Gris Grimly. Juan Gabriel Lópex Guix, también traductor contemporáneo de Poe, advirtió en la edición de La mascarada de la Muerte Roja (Alpha Decay, 2009) la "poderosa tutela baudelairiana" a la hora de traducir a Poe, así como "la magnética influencia" de Carles Riba y Julio Cortázar. Iñigo Jáuregui aporta una versión distinta de la del argentino. Más allá de comparaciones, lo que sí parece evidente es que cuando leemos la de Cortázar leemos a Cortázar. La maquetación propone un diálogo entre texto e imagen y la traducción de Jáuregui es capaz de conservar el ritmo y preservar cierta sequedad que vienen bien con las ilustraciones. La de Córtazar es quizá más cálida, más cercana, y habría sido otra historia conjugar Cortázar y Poe, en tal caso Grimly habría pasado a segundo plano.



Tanto la traducción como las ilustraciones son a su vez un modo de actualizar la lectura de Poe. Grimly, que es un artista gráfico de renombre, ha sabido interpretar a Poe en clave tragicómica, grotesca, sádica e infantil. Sus criaturas, su histrionismo, su patetismo armonizan a la perfección con los personajes del bostoniano. En "El corazón delator" la tenacidad atormentada del protagonista, sus cambios repentinos entre el cálculo y la pérdida de control están perfectamente retratados. Se advierten incluso en la elección de los colores las dos partes del relato, la primera descriptiva, más lóbrega, y la segunda, que pasa a la acción, de fuertes tonos naranja. Se trataría del retrato de un psicópata, la semilla de una larga tradición cuyo ejemplo postmoderno más destacado sería American Psycho. En "El sistema del doctor Tarr y el profesor Fether" Grimly hace aportes al contenido con elementos afines al gótico para enseguida recrear el carácter humorístico y ligero del relato. Seguidamente se toma el trabajo de dar vida a cada uno de los personajes que van desfilando para representar sus diferentes tipos de demencia. Se ha dicho que aquí Poe se burló de quiénes lo acusaban de loco, sugiriendo que los que parecen cuerdos pueden ser los verdaderos dementes. El protagonista, Monsiuer Maillard, sentencia: "Un loco puede "calmarse" como decimos nosotros, por un tiempo, pero al final es muy probable que empiece a alborotar. Su astucia, además, es proverbial. Si tiene un plan en mente, oculta su propósito con gran sutileza, y la habilidad con que se finge cuerdo plantea uno de los problemas más singulares en el estudio de la mente". La profundidad psicológica vuelve en el siguiente relato, "La caja oblonga". El pintor, Cornelius Wyatt, oculta tras su excentricidad de artista, un doloroso secreto. El narrador lo observa con detenimiento. Pero no descubrirá hasta su trágico final que sus deducciones iban mal encaminadas. La ilustración que decora la última página subraya el lado patético del relato. El cuarto cuento es una obra maestra del terror: "Los hechos del caso del Sr. Valdemar". Se ha hablado de su gran influencia en el terror contemporáneo, en el cine gore por ejemplo. Intuyo sus huellas incluso en la obra de Lovecraft, Hitchcock. El componente pseudo científico es rescatado por Grimly con gráficos de anatomía, cráneos, cuerpos, órganos. Sin embargo el aspecto macabro supera largamente las ilustraciones. Finalmente la figura de Poe se realza al cerrar el libro. Se trata de un ejemplar bellísimo, de tapa dura, que huele que embriaga y da gusto sacar de las estanterías. Un argumento sólido contra el libro electrónico. Si Poe consiguió trascender el gótico, inspirar el simbolismo francés, el decadentismo inglés, ser una gran influencia para las vanguardias y el gótico sureño, el cine de terror, la ciencia ficción, la novela policial, etc., no es de extrañar que al leerlo más que rastrear su vigencia comprendamos más bien que si vemos el mundo como lo vemos en gran parte es gracias a él. En una sociedad como la nuestra, arrasada por el capitalismo salvaje, de cuyas neurosis ya había hablado Freud; el terror goza de una excelente salud -el cine de vampiros, el auge del black metal- pero su verdadera calidad dependerá de una buena lectura de los clásicos, que no dejaron de lado las emociones ni la profundidad psicológica, en ese sentido Poe nos habla de tú a tú. Ernesto Escobar Ulloa  ©  2013



Ilustraciones: Gris Grimly  ©  2009

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho este gran autor , he leido parte de su vida y obra que realmente me parece fascinante, su narrativa es atrapante tanto que te sumerge poco a poco en el cuento.
    Edgar Allan Poe es sin duda un gran genio, felicidades por el blog.

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